Debido a sus responsabilidades, el organizador de eventos debe contar con una serie de habilidades y aptitudes que le permitan gestionar y realizar su trabajo de manera correcta, eficiente y eficaz.
Estos profesionales tienen que interactuar con mucha gente, principalmente con clientes y proveedores, por lo que cuentan con grandes habilidades sociales y comunicativas. Asimismo, la resolución de problemas o imprevistos forma parte de su día a día, por lo que la paciencia y la gestión del estrés son dos de las aptitudes mejor valoradas en este profesional, junto a la capacidad de liderazgo, negociación, organización y gestión del tiempo.
El event planner es un perfil que, además, debe transmitir seguridad y tranquilidad a los anfitriones, quienes contratan sus servicios para delegar todo el proceso de preparación, desarrollo y supervisión de un acto.
Así pues, la relevancia de todas estas aptitudes del planificador de eventos recae en la complejidad de sus actividades, puesto que requieren de mucha concentración para planificar y coordinar más de un evento al mismo tiempo.