Independientemente de los cambios constructivos que se pretenden realizar en el espacio, el interiorismo es fundamental para dar un aspecto atractivo y cómodo a la propiedad. En este sentido, para que el resultado sea adecuado, siempre es recomendable que lo realice un profesional especializado en esas funciones.
Un interiorista debe contar con conocimientos y habilidades en cuestiones como los sistemas de iluminación, el mobiliario, las normativas de seguridad, el uso de materiales, entre otras competencias relacionadas.
Por otra parte, más allá del conocimiento profesional, es clave contar con unas aptitudes concretas. Por ejemplo, es preferible que el experto o experta en interiorismo sienta pasión por lo que hace, además de un gran interés por actualizar sus conocimientos sobre las últimas tendencias y novedades. La capacidad de comunicación también va a ser un factor clave, puesto que debe tener claro lo que requiere el cliente para asesorarle durante todo el proceso.
Con lo que el perfil de un interiorista debe adquirir competencias técnicas sobre su área de trabajo, pero además, el hecho de poseer una serie de características y aptitudes profesionales y personales también marca la diferencia.