El valor del dinero, ya sea en general o en una operación, viene marcado por los tipos de interés. Estos pueden venir fijados por el banco central de un país, por una hipoteca o por un préstamo personal. También están los intereses oficiales, como los que establece el Banco Central Europeo (BCE) o el que se aplica a deudas. Así pues, los tipos de interés se crean dependiendo de su uso. Si quieres enfocar tu carrera profesional hacia el sector económico, no dudes en estudiar economía.
A continuación, te explicamos cuáles son los tipos de interés más habituales.
Índice de contenidos
Cuáles son los tipos de interés más comunes
Los tipos de intereses más utilizados actualmente están en una hipoteca, en un préstamo personal y en un depósito bancario.
Tipos de interés en una hipoteca
Los tipos de interés en una hipoteca pueden ser de tipo fijo o variable, siendo el segundo el más habitual. Este tipo de préstamo irá variando con el tiempo ya que depende de la evolución de su índice de referencia, que es el Euríbor. La evolución del Euríbor depende del desarrollo de los tipos de interés del Banco Central Europeo.
Si en el tipo fijo se establece una cuota mensual inamovible, en el tipo variable se establecen revisiones semestrales en las que se ajustará la cantidad a pagar cada seis meses. Así pues, elegir una hipoteca a tipo fijo o variable marcará el tipo a pagar, pero no la forma de devolver el dinero. Esto dependerá del sistema de amortización, clave en un préstamo hipotecario.
Tipos de interés en un préstamo personal
¿Has escuchado alguna vez el interés TIN o TAE? Estos dos se encuentra en un préstamo personal. El tipo de interés en estos préstamos consiste en el capital adicional que el prestatario se compromete a devolver al prestamista. A diferencia del anterior, no existe un índice de referencia sino un porcentaje del tipo a pagar.
Aquí es donde se puede distinguir entre Tipo de Interés Nominal del préstamo (TIN) y la Tasa Anual Equivalente (TAE). El primero es más simple y solo tiene en cuenta el porcentaje de intereses. En cambio, el TAE junta e iguala los periodos de cálculo y liquidación a un año y suma todos los gastos adicionales del préstamo. Por este motivo se utiliza para comparar el interés de productos con diferentes plazos.
Tipo de interés en un depósito bancario
Esto significa que un cliente hace entrega de una cantidad de dinero a una entidad bancaria y durante un tiempo. Todo ello a cambio de una remuneración pactada. Esta remuneración acostumbra a ser un tipo de interés aplicado al dinero prestado. Se puede pagar al final del período o en fracciones. En estos casos, el tipo de interés marca la rentabilidad que obtendremos por nuestro dinero.
¿De qué depende un tipo de interés u otro?
Los intereses varían mucho de una operación a otra, ya que dependen de muchos factores. Sobre todo dependen del riesgo, es decir, a mayor riesgo más tipo de interés aplicará una entidad bancaria. Aun así, un interés depende principalmente de:
- El plazo del préstamo. Generalmente, cuando mayor es el plazo, menos intereses pagarás.
- El tipo de operación. No es lo mismo pagar un inmueble a 25 años que gastarse mil euros con una tarjeta de crédito y aplazar el pago. En el primer caso hay un activo real que garantiza la devolución del préstamo (el inmueble hipotecado). En el segundo caso, los intereses son superiores al 10% porque se utiliza la tarjeta de crédito para adquirir un bien de consumo que no es un aval del préstamo.
- El perfil del usuario. A la hora de conceder un préstamo, los bancos tienen en cuenta la solvencia de un usuario a través de la nómina, el tipo de contrato laboral y las deudas que pueda tener. Cuanto mejor sea el perfil, más dinero puede solicitar el usuario y en mejores condiciones.
¿Cuándo suben los intereses?
En primer lugar hay que destacar que una subida de los tipos de interés encarecería el coste actual de las hipotecas de tipo variable. La política monetaria y este tipo de subidas se utilizan para controlar la inflación y frenar la subida de precios cuando la economía de un país es positiva.
Por otro lado, los tipos de intereses son bajos cuando la economía se enfría o se quiere acelerar el crecimiento de un país. De esta manera, los tipos bajos ayudan a reactivar el consumo y hacen que aumente la inflación. Desde un punto de vista inversor, los intereses bajos tienden a estimular la inversión en renta variable en acciones de bolsa o fondos de inversión.